El proceso de terapia une una serie de sesiones para brindarle a la persona que está padeciendo alguna dificultad con su salud mental, una mejor comprensión de lo que está haciendo, sintiendo y pensando.
Un terapeuta facilita la expansión de tu estado de conciencia a través del cual reconoces la forma de cómo eres parte de la situación que estás sufriendo y cómo hacer algo para abordarla.
El proceso de terapia te ayudará a reconocer y comprender:
- La forma en que manejas la situación
- La forma en que te llevas con los demás
- ¿Cuál es el significado que asocias con algo?
- ¿Cómo respondes a situaciones o personas?
- ¿En qué afecta tu estilo de vida a los demás?
- ¿Qué haces para resistirte a tu felicidad?
- ¿Cómo el mundo y las personas afectan cómo te sientes y cómo vives?
Por eso es importante considerar el proceso de terapia como un tratamiento para una variedad de problemas de salud mental.
¿Cuáles son los pasos que tienen lugar en un proceso de terapia?
Tomar conciencia en el proceso de terapia:
Tienes una ventaja porque te has dado cuenta de que algo en ti necesita atención y gestión.
El trabajo del terapeuta es acompañarte para que puedas sacar todo lo que hay y puedas abrirte y ser consciente de ello.
Es la conciencia la que jugará un papel protagónico en diferentes momentos de su proceso de tratamiento, no solo al principio.
Olvidar:
Este paso se hace evidente cuando te conoces a ti mismo.
En esta etapa, es hora de tomar una decisión, se trata de elegir lo que nos hace bien y lo que nos sirve para empoderarnos, y descartar lo que nos limita, lastima o agota.
Aprender del proceso de terapia:
Aquí hay varios factores, información, comprensión, actualizaciones, herramientas y recursos para administrar diferentes aspectos de tu vida.
La información es introducir nuevos conceptos, nuevas formas de entender, que te llevarán a nuevas formas de hacer las cosas.
Este paso permitirá introducir cambios simples y prácticos gradualmente para conectarse consigo mismo de maneras más saludables, dando paso a la liberación de viejos patrones que pueden limitarnos. En esta fase empezamos a sentir una nueva energía, ya tener una mente más clara.
Volver a sentir:
A medida que avanza el proceso, muchas cosas comienzan a ser familiares, se trata de reconectar con lo que sabias antes de la terapia y con lo que has aprendido y sanado durante el proceso.
Ser:
Cuando respondemos a la pregunta «¿quién eres?» no es solo una reacción psicológica, sino una expresión de lo que realmente sentimos, y a lo que hemos llegado individualmente para reencontrarnos con la esencia y sentirnos aliviados. Es un estado de plenitud, paz, amor y compasión.
El proceso de tratamiento es a largo plazo y el efecto es gradual, por esta razón las personas que dan ese paso deben ser pacientes y confiar en la guía de su terapeuta.
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