Las enfermedades más comunes en la vejez según la OMS
¿Cuáles son las enfermedades más comunes en la vejez?
A medida que envejecemos, nuestros cuerpos experimentan varios cambios, haciéndonos más susceptibles a ciertas condiciones de salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen varias enfermedades prevalentes que afectan a los adultos mayores en todo el mundo.
El organismo multilateral también ha señalado que algunos padecimientos pueden ser más frecuentes con el deterioro progresivo de las capacidades físicas y mentales de los adultos mayores.
En todo el mundo, las personas viven más que nunca. Hoy en día, la mayoría de la población tiene una esperanza de vida de 60 años o más.
Todos los países del mundo están experimentando un aumento en el número y la proporción de personas mayores, se estima que la cantidad de personas mayores de 60 años aumentará en los próximos años y en 2030, una de cada seis personas tendrá más de 60 años.
Es evidente que el llamado envejecimiento de la población ha comenzado en países de altos ingresos (por ejemplo, en Japón, el 30% de la población tiene más de 60 años).
Sin embargo, los cambios más importantes ahora son países de ingresos medios.
En general las principales dificultades que enfrentan están relacionadas con:
- La pérdida de audición,
- Cataratas,
- Molestias en la espalda y el cuello,
- Enfermedades como la artrosis,
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica,
- Diabetes, así como las habilidades mentales como la depresión y diferentes tipos de demencia.
Enfermedades comunes en la vejez
Enfermedades cardiovasculares:
incluidas las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares, encabezan la lista de enfermedades comunes en la vejez.
Estas condiciones a menudo son el resultado de la exposición a largo plazo a factores de riesgo como presión arterial alta, niveles altos de colesterol, tabaquismo, dieta poco saludable y estilo de vida sedentario.
Las estrategias de prevención y control implican actividad física regular, mantener una dieta saludable, evitar el consumo de tabaco y controlar las condiciones de salud subyacentes como la hipertensión y la diabetes.
Los chequeos médicos regulares y las modificaciones en el estilo de vida juegan un papel crucial en la reducción del riesgo y el manejo efectivo de estas enfermedades.
Enfermedades respiratorias:
Como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la neumonía, son problemas de salud importantes para los adultos mayores.
Estas enfermedades representan un mayor riesgo para los adultos mayores debido a un sistema inmunitario debilitado.
Las vacunas contra la influenza y la neumonía neumocócica, junto con el abandono del hábito de fumar, las buenas prácticas de higiene y el manejo adecuado de las afecciones respiratorias crónicas, son vitales en la prevención y el manejo de estas enfermedades.
Trastornos neurológicos:
Incluida la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia, son frecuentes entre la población de edad avanzada.
Estas condiciones afectan la función cognitiva, la memoria y el funcionamiento diario.
Si bien actualmente no existe una cura; el diagnóstico temprano, la atención médica adecuada, las intervenciones de apoyo y un entorno seguro pueden mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
Además, mantenerse mentalmente activo, mantener las conexiones sociales y adoptar un estilo de vida saludable puede contribuir a reducir el riesgo de desarrollar demencia.
Condiciones musculoesqueléticas:
Como la osteoartritis y la osteoporosis, son comunes entre los adultos mayores, afectando las articulaciones, causando dolor, rigidez y movilidad reducida y debilitando los huesos, aumentando el riesgo de fracturas.
El ejercicio regular, una dieta equilibrada rica en calcio y vitamina D, el control del peso y evitar el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol son medidas preventivas claves.
El diagnóstico temprano, el manejo adecuado del dolor, la fisioterapia y las estrategias de prevención de caídas pueden ayudar a controlar estas afecciones y mantener la independencia funcional.
El envejecimiento de la población plantea varios desafíos para las autoridades sanitarias de todo el mundo.
El aumento de la esperanza de vida aumenta la probabilidad de que las personas pasen el tiempo extra de sus vidas realizando diferentes actividades.
Según la OMS, las personas mayores aportan a sus familias y comunidades de muchas maneras.
Sin embargo, el alcance de estas oportunidades y aportes depende en gran medida de un factor: la salud.
Finalmente, la implementación de medidas preventivas, la promoción de estilos de vida saludables, la garantía del acceso a la atención médica y la provisión de sistemas de apoyo son esenciales para promover el bienestar y la calidad de vida de las personas mayores.
Al priorizar la concientización, la educación y las estrategias de gestión efectivas, podemos esforzarnos por lograr un envejecimiento más saludable y capacitar a los adultos mayores para que lleven una vida satisfactoria incluso frente a estas enfermedades comunes.
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