
¿Por qué debería hacerme una colonoscopia?
29 de enero de 2025
Las colonoscopias tienen mala fama.
Aunque son breves e indoloras, muchas personas les temen y las evitan. En Estados Unidos, alrededor de un tercio de las personas a las que se les recomienda esta prueba, no la hacen.
Sin embargo, la colonoscopia es uno de los métodos más eficaces de prevención del cáncer. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), hasta el 60 % de las muertes por cáncer de colon podrían prevenirse si todas las personas de 50 años o más se hicieran colonoscopias.
(Las recomendaciones actuales son comenzar las pruebas de detección a los 45 años de edad).
De hecho, un estudio realizado por un equipo de investigadores de Dana-Farber, Brigham and Women’s Hospital y la Facultad de Salud Pública de Harvard encontró que las personas que se sometieron a una colonoscopia o a una sigmoidoscopia (que permiten que los médicos examinen el interior del intestino grueso por medio de un tubo delgado y que corten los crecimientos precancerosos) tenían una tasa de cáncer en el recto y la parte inferior del colon notablemente más baja que otros pacientes.
“La colonoscopia es la prueba más sensible porque examina el interior de todo el colon para detectar cáncer o pólipos”, explica Jeffrey Meyerhardt, MD, MPH, director clínico del Centro de Cáncer Gastrointestinal del Dana-Farber Cancer Institute. “Estos pólipos son precursores de cáncer. Si se extirpan, no se convierten en cáncer”.
Según los especialistas de Dana-Farber, las recomendaciones con respecto a las colonoscopias no han cambiado pese a un estudio europeo reciente que parecía cuestionar la utilidad de la prueba para reducir las muertes por cáncer colorrectal.
El estudio encontró que entre las personas a las que se les ofreció una colonoscopia, el examen reducía el riesgo de tener cáncer colorrectal en un 18 %, pero no el riesgo de morir por la enfermedad.
Sin embargo, estas estadísticas ignoran el hecho de que solo el 42 % de las personas a las que se les ofreció una colonoscopia se la hicieron.
Entre quienes se hicieron una colonoscopia, el riesgo de tener la enfermedad se redujo en un 31 % y el riesgo de morir por ella disminuyó en un 50 %.
“Por lo tanto, la moraleja es que la colonoscopia sirve para detectar el cáncer colorrectal, pero únicamente si uno se hace la prueba”, dice Kimmie Ng, MD, MPH, de Dana-Farber. “Se necesita un seguimiento adicional de los resultados de los ensayos clínicos, así como comparaciones con otras pruebas de detección, y esfuerzos dedicados para mejorar el cumplimiento de las pautas de detección recomendadas”.
Imagen de un cáncer de colon, con células cancerosas formando estructuras con círculos.
¿Cuándo debo hacerme la primera prueba de detección de cáncer colorrectal?
Antes, y en muchas partes del mundo, las autoridades de salud les recomendaban a la mayoría de las personas hacerse la primera colonoscopia a los 50 años.
Pero el aumento en las tasas de cáncer colorrectal en las personas más jóvenes ha llevado a un grupo de trabajo federal de los Estados Unidos a recomendar que las pruebas de detección se empiecen a los 45 años de edad, o antes para algunos pacientes con afecciones de alto riesgo.
“Desde mediados de la década de 1990, se ha documentado un aumento preocupante en la incidencia de cáncer colorrectal entre las personas más jóvenes.
En 2020, el 11 % de los cánceres de colon y 15 % de los cánceres de recto ocurrieron en pacientes menores de 50 años, en comparación con el 5 % y el 9 % respectivamente en 2010”, escribió Ng en un editorial en JAMA que acompaña al artículo sobre los cambios en las recomendaciones. Ng es la directora del Centro de Cáncer Colorrectal de Inicio Temprano en Dana-Farber.
Como resultado, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos ahora recomienda lo siguiente:
- Las personas de 45 a 75 años de edad deben hacerse pruebas regulares de detección del cáncer colorrectal.
- Las personas de 76 a 85 años deben consultar con su médico la decisión de hacerse pruebas de detección.
Como el cáncer colorrectal es una enfermedad que crece lentamente, los riesgos y beneficios de las pruebas de detección después de los 75 años deben considerarse junto con la salud general, la esperanza de vida y los antecedentes de detección previos de cada persona.
Los adultos de este grupo de edad que nunca se han hecho pruebas de detección de cáncer colorrectal tienen más probabilidades de beneficiarse, sobre todo si gozan de suficiente buena salud como para someterse a tratamiento en caso de detectarse cáncer colorrectal.
¿Qué tan a menudo me debo hacer pruebas de detección?
Si una colonoscopia es normal, la mayoría de los pacientes la deben repetir cada 10 años. Si en el examen se encuentran y extirpan uno o dos pólipos de bajo riesgo, la colonoscopia siguiente debe realizarse a los cinco años.
Si una colonoscopia detecta pólipos precancerosos o el paciente tiene factores relacionados con un mayor riesgo de cáncer colorrectal, el médico puede recomendar que la prueba se repita más a menudo. Las personas con mayor riesgo son aquellas que tienen:
- Antecedentes personales de cáncer colorrectal o pólipos adenomatosos
- Antecedentes personales de colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn
- Antecedentes familiares de cáncer colorrectal o pólipos
- Síndrome de cáncer colorrectal hereditario conocido (como la poliposis adenomatosa familiar (PAF) o el síndrome de Lynch)
¿En qué consiste una colonoscopia?
La colonoscopia se considera la prueba de detección de cáncer colorrectal de referencia.
Requiere que el paciente lleve a cabo un régimen de limpieza mediante una dieta líquida y laxantes el día antes del procedimiento, que se lleva a cabo en una clínica u hospital, por lo general bajo sedación. El médico pasa un tubo largo y flexible (con una luz y una cámara) a través del ano y a lo largo del colon, que mide unos cinco pies.
Luego el tubo se retira y el médico examina las paredes del colon para detectar cualquier crecimiento anormal, como pólipos o tumores.
Los pólipos se pueden retirar utilizando instrumentos que los cortan, y luego se envían a un laboratorio para su análisis. La extirpación de pólipos precancerosos puede prevenir el crecimiento de un cáncer. Las colonoscopias y las sigmoidoscopias son los únicos procedimientos en los que esto es posible.
Gracias a los fármacos sedantes, el paciente por lo general no siente nada de dolor y recuerda poco o nada del procedimiento. No obstante, a causa de los medicamentos utilizados, alguien debe acompañar al paciente a su hogar, y se le recomienda descansar por el resto del día.
¿Hay alternativas a una colonoscopia?
Una de las opciones es una sigmoidoscopia, que es similar a una colonoscopia pero se limita a la parte inferior del colon. Como las sigmoidoscopias son menos extensas, no requieren tanta preparación como las colonoscopias, explica Meyerhardt.
Un procedimiento de detección alternativo es una “colonoscopia virtual”, un tipo especializado de tomografía computarizada que no requiere la inserción de ningún instrumento en el colon y se puede realizar sin sedación.
Pero implica exposición a radiación en la tomografía computarizada y requiere el mismo tipo de preparación de limpieza intestinal que una colonoscopia convencional. Y si se detectan crecimientos anormales, hay que realizar una colonoscopia.
Hay varios tipos de pruebas de detección por análisis de heces que requieren recoger una muestra en el hogar y analizarla en un laboratorio.
No son herramientas diagnósticas (es decir, no permiten diagnosticar el cáncer colorrectal) y una prueba positiva debe ser seguida de inmediato por una colonoscopia. Estas pruebas de heces deben hacerse más a menudo que una colonoscopia. Un resultado positivo de una prueba de heces siempre requiere una colonoscopia y una biopsia de seguimiento.
Algunos tipos de pruebas de heces:
- Análisis de sangre oculta en heces, en que los pacientes toman una serie de muestras de heces en el hogar y las envían para que se analicen a fin de detectar sangre, lo cual podría indicar sangrado de vasos frágiles en un pólipo o tumor. La prueba se debe hacer anualmente.
- Prueba inmunoquímica fecal (FIT), que también detecta sangre en las heces. También debe hacerse anualmente.
- Prueba multidirigida de ADN en heces, que además de detectar sangre oculta, puede identificar segmentos anormales de ADN de un tumor o pólipo, y también mutaciones de ADN en ciertos genes relacionados con el cáncer colorrectal. La única prueba disponible en los Estados Unidos es Cologuard, que debe repetirse cada tres años.
“Todas las pruebas de detección implican algunos riesgos, y cuanto más sensible es la prueba, mayor es el riesgo”, añade Meyerhardt. “Durante una colonoscopia, existe un riesgo muy bajo de perforación intestinal, sangrado o infección.
El riesgo más grande de las pruebas de detección de sangre oculta en heces y de otras medidas de detección es pasar algo por alto, lo cual podría tener consecuencias mucho más graves”.
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